El aspecto formativo de la evaluación es fundamental para este proceso, ya que el aprendizaje de la lecto-escritura requiere de mucho acompañamiento a nivel personalizado. Sólo se lograrán buenos resultados en la medida que el profesor sepa con seguridad cómo avanzan sus alumnos. Si nos dedicamos a «cumplir con el programa» y vamos introduciendo nuevas grafías, sin cerciorarnos si los alumnos ya están en condiciones de pasar a la siguiente, irán surgiendo vacíos y retrasos en el aprendizaje que luego se convertirán en verdaderos obstáculos para continuar.
Ya hemos señalado que cada niño tiene su propio ritmo de aprendizaje y es necesario respetarlo. La lecto-escritura es quizás el aprendizaje más diferenciado que debe realizarse en la escuela. Por ello, el seguimiento debe hacerse de manera personal más que grupal. Esto requiere desarrollar un registro de evaluación detallado, que permita seguir la evolución de cada alumno. Más adelante daremos algunos ejemplos.
El aspecto interpretativo se aplica juzgando los avances de cada alumno. No es posible comparar a los alumnos entre sí, la única comparación válida es entre los desempeños anteriores y los actuales de cada alumno. Lo más lógico será que al empezar con una nueva grafía el niño tenga desempeños muy incipientes que debe ir mejorando con la práctica, al final del proceso debe haber logrado el nivel
Con respecto a la característica de criterial el aprendizaje de la lecto-escritura requiere, de parte del maestro, identificar los criterios e indicadores más pertinentes para ser evaluados. Vale decir, las habilidades y sub-habilidades que corresponden. En nuestra Propuesta Pedagógica estas habilidades y sub-habilidades se encuentran especificadas en el Cartel de Habilidades del Área de Comunicación.
Contáctanos